Publicado por: S Rossi
Vivir en el mundo del optimismo y el positivismo. ¿Significan lo mismo?
Vivir en estos tiempos modernos, donde impera en la sociedad demandas de toda índole que conlleva al ser humano a frustraciones, angustias y estrés, no resulta muy saludable para el alma. Este tipo de existencia agobiante, saturada de consumo, redes sociales, virus, guerras, ineptitud, deudas, afectan inexorablemente el espíritu y esto nos puede conducir a enfermar nuestro organismo y mente, por increíble que parezca…Es por ello que, en la actualidad, se habla del optimismo y el positivismo, o el ser positivo, (“mente sana y cuerpo sano”); como actitudes y modo de vida a tomar en cuenta para apartar un poco de nuestra vida el estrés y el desasosiego, y de algún modo estar con un estado de ánimo óptimo y dispuesto a alcanzar nuestras metas, tranquilos y sin ánimo negativo.
Pero, es evidente que existen unas diferencias destacables entre estos dos conceptos, que se utilizan hoy en día muy a la ligera, y es que, el optimismo y el positivismo tienen significaciones relacionadas pero disímiles que se utilizan frecuentemente en psicología y filosofía.
El optimismo es un estado, una disposición mental positiva, fundamentada en la creencia firme, de que las cosas tenderán a salir bien o prosperarán y mejorarán en el futuro. Las personas optimistas tienden a ver las situaciones difíciles como desafíos superables en lugar de obstáculos insuperables y lejanos. Esta perspectiva positiva puede tener beneficios para la salud mental y emocional, ya que ayuda a enfrentar el estrés y las dificultades con una actitud edificante y constructiva.
Mientras tanto, el positivismo, es una corriente filosófica que asegura que el conocimiento válido es el conocimiento científico, basado en la observación empírica y la evidencia verificable. Si hablamos del positivismo en el contexto filosófico, el positivismo desprecia la especulación metafísica o teorías no verificables como formas de conocimiento genuino. A nivel más usual, el positivismo también puede referirse a una actitud o enfoque en el que se destaca la importancia de centrarse en hechos concretos y verificables, en lugar de especulaciones abstractas e imaginarias. Al ser positivos, no podemos olvidar ser objetivos, porque no todo en la vida es alcanzable, y, por tanto, hay que saber discernir entre lo tangible y la fantasía, y tener muy en cuenta nuestras propias circunstancias, fortalezas y debilidades, para no caer en estados de desaliento.
El ser positivos y optimistas, no significa vivir en estado de autoengaño, que quede claro; es pensar y actuar relajados y tranquilos y siendo capaces de manejar el estrés diario de una manera más constructiva. El pensamiento positivo es un diálogo interno, no significa ignorar las circunstancias desagradables de la vida. Ser positivo, significa que afrontas las situaciones desagradables de un modo más positivo y productivo. Así que, el optimismo se ajusta al concepto de tener una actitud mental positiva de cara al futuro, a la existencia, y la superación de retos, mientras que el positivismo, desde el punto de vista filosófico, se encauza en la importancia de la evidencia empírica y el conocimiento científico. Aunque son conceptos diferentes, a menudo se entrelazan en la promoción de una perspectiva constructiva y fundamentada en la realidad.
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